Sí, esto va por ti y sabes perfectamente quién eres. No necesitas una descripción de ti mismo para entender que lo que voy a decir tiene una culpable, y lleva tu nombre y apellidos. Eres tú, razón de los latidos de mi corazón, por el cual estoy aquí y ahora. Eres tú, razón de mis sonrisas, por quién soy fuerte y valiente. Es por ti, razón de mis lágrimas antes de dormir, que cada día quiero ser mejor persona. Eres tú la razón de las mariposas de mi estómago, de mi sensación de soledad, de mi felicidad yendo y viniendo. ¿Quién mejor para cambiar mi estado de ánimo que la persona a la que quiero? Nadie, nadie me afecta como me afectas tú. Ni lo que piensen los demás me importa si no te importa a ti. Solo hay dos palabras para decirte todo eso, y una vez fui capaz de pronunciarlas delante tuyo, me sentí libre...
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