Es gracioso. Hablas de mí a mis espaldas, criticándome y esparciendo rumores que se extienden como el fuego, dañando y quemando. Dices que no merece tu tiempo pensar en mí, que soy absolutamente poco importante. Que no valgo para nada. Que sería lo mismo si no existiera. Pero, ¿sabes lo mejor? Que me encanta. Por que soy el centro de tu mundo. Para bien o para mal, te pasas el día entero hablando de mí.
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