+Dilo.
-Quédate un ratito más.
+¿Y si yo te dijese el domingo quédate un ratito más?
-No lo harás.
+Claro que no.
-Si no te molestó no saber apenas nada de mi estos últimos días, menos te molestará que me vaya un tiempo, por largo que sea. Aunque no es el caso.
+Con saber que respiras me basta, con ver tu lucecita en verde cada vez que me conecto ya me sirve para estar bien.
-No es lo mismo que si fuese al revés, ¿sabes? Yo me quedo mal todas las noches cuando me despido de ti. Nadie sabe si te volveré a ver. ¿Quién nos puede asegurar que no nos pasará nada? ¿Quién me puede afirmar que mañana volverás a conectarte? Si me voy a morir, o te vas a morir, o si decides dejar de hablarme para siempre o me dices que estás cansada de toda esta historia. Por eso te seguiré pidiendo cada día que te quedes un ratito más conmigo.
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