Cuando estás mal, cuando lo ves todo negro, cuando no tienes futuro, cuando no tienes nada que perder, cuando... cada instante es un peso enorme, insostenible. Y resoplas todo el tiempo. Y querrías liberarte como sea. De cualquier forma, de la más simple, de la más cobarde, sin dejar este pensamiento: El no está. Ya no está. Y entonces, simplemente, querrías no estar tampoco tú.
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